El Departamento de Estado organizó una recepción diplomática en Blair House para recibir al sucesor de Werthein, que tiene llegada directa a Milei y maneja una profunda agenda personal vinculada a las inversiones tecnológicas.

Alec Oxenford, creador de dos unicornios y experto en arte moderno nacional, está alejado de la pompa y las circunstancias: usa su despacho de embajador en Estados Unidos como sala de reunión protocolar, y acomodó su laptop de trabajo en una oficinita de dos por cuatro ubicada en la planta alta de la residencia diplomática que Argentina tiene en Dupont Circle.
Ayer en Blair House, una mansión histórica frente a la Casa Blanca, Oxenford presentó sus credenciales ante Abigail Jones, jefa de protocolo del Departamento de Estado, y ahora aguarda la invitación del protocolo de la administración republicana para repetir ese rito diplomático ante Donald Trump en el Salón Oval.
Si la agenda oficial de la Presidencia de Estados Unidos funciona, Oxenford llegará a la Casa Blanca en abril y un mes más tarde sería la visita oficial de Javier Milei a Trump, que tiene al mandatario argentino como su principal aliado estratégico en América Latina.
En este contexto, Oxenford aprovechará su fuerte inserción en el mundo tecnológico para multiplicar las inversiones americanas en la Argentina.
Empresario exitoso, creador de DeRemate y los unicornios OLX y Letgo, el embajador argentino puso su agenda personal a disposición de la Cancillería para avanzar en un andarivel comercial que aún tiene poca relevancia en la balanza comercial entre ambos países.
Oxenford conoce la historia moderna, es experto en la belle époque de Viena, y entiende qué agenda geopolítica ejecuta Trump desde la Casa Blanca. Argentina enfrenta aumentos arancelarios en acero y aluminio, y si no hay cambios abruptos, también sufrirá la guerra comercial de Trump en su exportación de productos agropecuarios.
El embajador argentino está atento la política en zigzag de la administración republicana, que hoy recibió la réplica de Europa en los productos suntuosos que exporta a las principales capitales del Viejo Mundo.
A diferencia de Canadá y México, que también reaccionaron ante el aumento de aranceles para sus bienes y servicios que llegan a Estados Unidos, la Casa Rosada se movió con extrema cautela diplomática.
Oxenford es amigo de Milei y apoyó sus ideas como liberal cuando el Presidente era un outsider del establishment político. Milei confía en el embajador argentino, y Oxenford respeta todos los dogmas liberales: paga hasta los sandwiches de miga que ofrece a sus invitados oficiales.
Desde esta perspectiva, ya renunció a todos los boards que integraba alrededor del mundo -cerca de 12- y asumió la agenda oficial que, hasta su llegada, administró con discreción Juan Cortelletti, un diplomático de carrera. Cortelletti, en sus cinco meses a cargo, recibió dos veces a Milei en Washington. Y no hubo quejas en Buenos Aires.
Oxenford aún no tiene la aprobación del Senado, y esa instancia llevará su tiempo. En un año electoral, la bancada kirchnerista espera agazapada para convertir en blanco móvil al embajador Artículo 5 -político- que nominó Milei. Por eso, el pliego de Oxenford llevará su tiempo, mientras ejerce todas sus atribuciones diplomáticas en DC.
Ayer se reunió con funcionarios del Departamento de Estado, y hoy mantuvo una sucesión de eventos para promocionar la producción espacial de la Argentina, en la Feria Satélite que se inauguró en Washington.
Oxenford sabe de las relaciones de poder entre Milei y Elon Musk - asesor estrella de Trump y propietario de Starlink- y aprovechará su manejo en el mundo tech para profundizar vínculos y promover la inversión de capitales estadounidenses en la Argentina.
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